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La depresión y la crisis ¿se pueden combatir?

Montserrat PÉREZ, Psicóloga-Consultora. Piek Consultores S.L

Parece de repente que por cualquier cosa empiezas a llorar, no tienes ganas de nada, se te anula la voluntad, tampoco te apetece ver a nadie y la cama es el lugar ideal para el encierro. Para arreglarte, vestirte, maquillarte necesitas un aporte de energía muy alto que no tienes... alimentarse se produce por defecto o por exceso, sin ningún tipo de regulación lógica.

El pensamiento desata todo tipo de mensajes autodestructivos de derrota, aniquilamiento y desesperación de forma repetitiva que evitan cualquier atisbo de posibilidad. Se avivan con toda nitidez los recuerdos e imágenes pesimistas que deterioran aun más la imagen que tenemos de nosotros mismos. Sentimiento de soledad incluso estando acompañados, falta de afecto y de incomprensión por los que tenemos cerca, que incluso no nos atrevemos a expresar hacia fuera pero sí a repetir hacia dentro.

Va pasando el tiempo y esto va a más, sobre todo si no lo expreso y me lo callo, aunque se me vea la apatía a distancia. ¿Cómo salir de esto? Lo que conozco a mí alrededor es tomar medicamentos e ir al módulo de salud mental... ¿Es que no hay más opciones? Seguiré callando, callando... y entonces pasará de ser un estado de melancolía a convertirse en una enfermedad que necesita tratamiento, ayuda o guía.

Y lo que siento que es lo que no quiero sentir... necesito que me lo quiten ¿qué es? Son sentimientos atrapados dentro de mí, relacionados con la pena, tristeza, dolor emocional, frustración, culpabilidad, impotencia... que hacia fuera no parecen tener fuerza porque se han quedado atrapados dentro y me desvían de la mínima intención de cambio, produciendo autodestrucción interior, ya que de eso se encargan sustancias químicas como el cortisol que afianza la tristeza y fomenta el envejecimiento prematuro. Entonces tengo energía, salvo que la estoy utilizando en contra de mi, igual que el lenguaje interior o las cosas que me digo.

A todo esto le uno la falta de movimiento o ganas de no hacer nada ¿Dónde estoy poniendo mi energía! ¿Qué juicios estoy alimentando?

Foto: CC BY - Pink Sherbet Photography

“En la vida los temas que nos preocupan son similares para todas las personas que conozco, incluida yo, amor, trabajo, familia, amigos... y por aquí suele aparecer el origen de esa tristeza.”
Foto: CC BY - Pink Sherbet Photography.

Vemos los síntomas de la depresión y aunque existen causas, en muchas ocasiones no expresadas por rigidez, vergüenza, miedo... se puede llegar a éstas.

En la vida los temas que nos preocupan son similares para todas las personas que conozco, incluida yo, amor, trabajo, familia, amigos... y por aquí suele aparecer el origen de esa tristeza. Esta es fundamental para darnos cuenta de lo que nos importa, nos duele... el problema es cuando yo no sé estar con ella, acogerla, entenderla, preguntarle qué necesita o qué le duele para poder proyectar objetivos en mi vida y aprender de nuevo.

Seria maravilloso que toda la energía que nos hace sufrir en todo el cuerpo, pudiéramos redistribuirla y potenciar a la resistencia del cuerpo y la mente un aporte extra energético para reducir la ansiedad y transformar así el dolor en aviso para comprender el lenguaje del cuerpo.

Ya que nuestra forma de vida nos aleja de lo natural y sobre todo de la escucha real de nuestro cuerpo. ¡Qué bueno poder dar luz a esta zona oscura para conocerla y crecer en la vida! Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que se mueve en relación a la energía que generan los pensamientos. Estos no están en la realidad, sino en cómo procesan la realidad pasada, presente o futura a través del sistema perceptivo que forman las creencias.

Con frecuencia los remedios se encuentran en nosotros mismos” William Shakespeare

Por supuesto diferenciando que una cosa es la depresión y otra un estado de tristeza o melancolía momentáneo ocasionado por algún evento concreto.

Es frecuente que escuchemos cosas como que hay personas con tendencia a la depresión (probablemente nos estén orientando hacia los tipos de depresión que existen). Entre los factores que causan la depresión algunos son de origen genético que marcan una predisposición en la persona que los presenta a padecerla por lo que es conveniente que esté muy atenta ante los mínimos indicios. También existen factores químicos en el organismo que hacen que los neurotransmisores no hagan bien su trabajo. Los factores hormonales juegan un papel fundamental en la regulación del organismo por eso es importante tenerlo en cuenta con la regularidad en la menstruación o la menopausia. Por último, hay un factor muy importante que es el psico-social que afecta tanto a adultos como a niños, adolescentes o ancianos. Trata sobre cómo interactuamos con el ambiente social desde la familia, amigos, trabajo... y como todo ello nos genera sentimientos que no sabemos muy bien qué hacer con ellos.

Foto: CC BY - Shandi-lee

“Nuestra forma de vida nos aleja de lo natural y sobre todo de la escucha real de nuestro cuerpo.”
Foto: CC BY - Shandi-lee.

Cuando detectamos en una persona que lleva aproximadamente un mes bajo este estado de tristeza prolongada, observamos cambios conductuales como falta de apetito o que está muy centrada en la comida (cuando no es habitual) que aquello que tanto le gustaba ahora no le interesa nada, cambios de humor importantes, insomnio o sueño excesivo que le impide participar en actividades cotidianas... estamos asistiendo a una posible depresión que necesita apoyo y atención para no convertirse mediante la prolongación en el tiempo en un trastorno en la estructura de la personalidad. Por lo que el apoyo de la familia resulta fundamental para salir de este estado.

A veces la familia quiere ayudar con frases de “si lo tienes todo, como es que estás así” o “animo ya se te pasará”, lo dicen desde el cariño pero no es suficiente. En ese momento, necesitamos un profesional que nos haga un diagnostico y nos ofrezca una perspectiva objetiva de ayuda desde el respeto a lo que nos está pasando. Dar este paso es el camino a la curación desde la aceptación del estado de tristeza.

Por lo tanto, las personas que toman conciencia del lugar emocional en el que están de negatividad, culpabilidad, dolor, pena ya están avanzando en el proceso de cambio porque se están responsabilizando de la situación en la que viven. Comentarios como que mi depresión se debe a la crisis... expresan que quizás estos momentos de incertidumbre económica no pueden ocultar la angustia y la impotencia que algunas personas ya padecían interiormente y que con la situación actual se ve agravada.

Posiblemente la crisis ha conseguido que haya personas deprimidas porque crece el desempleo, hay menos recursos económicos, tenemos que disminuir el gasto, reducir caprichos e incluso apartar nuestros sueños... y vivir más frustrados. Por si no fuera suficiente, es constante el bombardeo informativo sobre la deuda con Europa, deuda que no sabemos apenas en qué consiste, pero la carga significativa de esa palabra nos habla de malos presagios. Es más, si sigue afectando la crisis a más familias tendremos que plantearnos en qué hemos estado basando nuestra estabilidad de vida, qué peso ha tenido lo material como base de nuestros valores. Entonces, sí que vamos hacia la depresión por la búsqueda de un estatus económico que no va a ser el mismo. Si escuchamos a los expertos en crisis económicas hablan de 10 años para que la situación se recupere. Y digo yo, ¿qué es recuperarse, volver a lo de antes?, ¿a la cultura del gasto y del tener como base de la supervivencia humana?

Pues bien, hay factores en nuestro modelo actual de vida que, a mi juicio, pueden estar influyendo en un mayor número de casos de depresión y en un aumento del consumo farmacológico desmedido y expedido en nuestro todopoderoso sistema médico. Algunos de estos factores pueden ser:

CC BY - Aimanness Photography

“Hay factores en nuestro modelo actual de vida que pueden estar influyendo en un mayor número de casos de depresión y en un aumento del consumo farmacológico desmedido y expedido en nuestro todopoderoso sistema médico.”
Foto: CC BY - Aimanness Photography.

• El miedo a morir

• El miedo a vivir

• Miedo a sentir

• Miedo al éxito por no tener una fundamentación clara de lo que es el éxito

• Miedo al fracaso desde una vivencia derrotista

• Miedo a la enfermedad

• Miedo al presente

• No saber como afrontar el día a día

• Vivir con el terror del futuro

• Arrastrar un pasado decepcionante

• Creer que los pensamientos son la realidad

• Pensar que sentir es de débiles

“La mente es demasiado loca para confiarle tu vida, confíale tus negocios pero no tu vida”

La salud no es un estado igual que la felicidad... es un proceso donde hay que diferenciar claramente DIAGNÓSTICO de PRONÓSTICO.

Los valores personales están ausentes en la conducta humana, como son:

• El contacto con lo natural

• La percepción del tiempo

• El planteamiento de los objetivos personales saludables

• La conexión con el instinto

• Vivir sintiendo es fundamental

Este es una buena oportunidad para “darte cuenta” y descubrir tus posibilidades como persona. Simplemente déjate cuidar escuchando tu cuerpo y los juicios que invaden tu mente, conectar con la respiración, alimentarse de forma sana y natural, haciendo ejercicio antes de recurrir a la farmacología. Es posible curarse sin medicación.

La opinión de los lectores:

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